martes, 6 de marzo de 2018

Vicios docentes y educación disruptiva

Antes que nada debemos dejar en claro que el término disruptivo se utiliza simbólicamente para insinuar que es momento de un cambio "brusco", que rompa categóricamente con algunos paradigmas que arrastramos desde hace décadas en México.
Dicho lo anterior, estoy convencido de que los maestros, de cualquier nivel, tenemos vicios que no queremos dejar, ya sea porque no los hemos notado o porque somos reacios al cambio. Me he permitido mencionar  y explicar tres de los más comunes dentro del ámbito docente:

  1.  No querer disponer de la tecnología a fondo.
  2.  Negarse a adoptar nuevas estrategias.
  3.  Cambiar autoritarismo por motivación.
1.- Es verdad que los avances tecnológicos siempre han caminado a pasos agigantados en comparación con los avances pragmáticos en la educación, los profesores sí utilizamos parte de la tecnología en el aula; sin embargo, los docentes y los dicentes somos los críticos analíticos y los únicos intermediarios en el conocimiento que podemos crear, adquirir y compartir; debemos agotar todos los recursos que la tecnología nos ofrece y así mismo, ir aprendiendo de los estudiantes también. La tecnología ya no sólo es una herramienta, es la plataforma en sí misma, en la cual debemos navegar. 
Muchos pensarán en este punto que: México es un país muy heterogéneo en educación, se necesitan programas para el rezago en muchos estados y la entrada de servicios básicos en comunidades; y tienen razón, aún así, el maestro debe prepararse tecnológicamente.

2.- La manera en que un profesor planea e imparte la clase es como su sello personal, siempre una clase lleva la esencia de un maestro, pero, hay que recordar que los alumnos son parte de la clase (o por lo menos el docente debe hacerlos parte) por lo tanto, esa fusión de aportaciones es lo que realmente convertirá el aula en un ambiente de aprendizaje optimo; ahora bien, no todos los grupos son iguales, a como cada individuo tiene su personalidad, cada grupo igual crea su propia actitud (digamos así, porque personalidad no encaja), la forma o manera de dar las clases igual deben variar usando distintas estrategias y herramientas pedagógicas.

3.- Ser figura de autoridad es importante en el aula, te ayuda a mediar y a ser un moderador del grupo para que este no se salga de control ni del tema; pese a esto existe una disyuntiva significativa aquí, si eres autoridad estás en el camino para poder ser un motor de motivación en tus alumnos y de esa manera poder impulsar la curiosidad y el aprendizaje autónomo en los estudiantes; si eres autoritario sólo lograrás que los alumnos consideren un fastidio entrar al aula contigo como docente.


Para finalizar este análisis podría decir que hay un sin número de oportunidades para los docentes que amen esta profesión y que realmente se sientan comprometidos con los estudiantes y con la sociedad. En la actualidad existen cursos, diplomados, talleres, conferencias no sólo presenciales sino virtuales; no dejemos que la apatía y la falta de motivación frene nuestro desarrollo profesional y personal, pues, esta carrera es la más exigente si hablamos de actualización y re-formación constante. Necesitamos romper con muchos mitos en educación y generar una nueva manera de hacer las cosas "una disruptiva" que nos lleve al siguiente nivel. 

viernes, 29 de enero de 2016

¿A EPN realmente le interesa la educación? ¿En verdad le interesa la evaluación de todos o sólo de maestros y alumnos?

Cuando hablamos de educación es importante incorporar dentro de este tema la evaluación, y no simplemente vista como un examen, sino como parámetros que debemos cubrir o como actualmente se dice competencias que debemos desarrollar y fortalecer. Estas competencias sirven como estándares para medir no sólo conocimientos y habilidades, sino también actitudes y aptitudes. Es por esto que las evaluaciones no corresponden sólo para aplicarse únicamente en el papel y a los alumnos, es importante conocer el nivel de los docentes en México para poder hablar de una educación de calidad.
De esta manera, el trabajo de crear una institución que apoye de manera técnica a la evaluación docente (INEE) es un buen primer paso para avanzar en lo que realmente importa: “una educación de calidad”. No obstante, es un pequeño paso, y falta mucho por trabajar si decidimos tomar este rumbo, es un camino largo que nos llevará a pruebas de ensayo y error; una vez que las pruebas son aplicadas quedan aún espacios vacíos, incertidumbres, por parámetros que no se cubren dentro de una evaluación que es prácticamente interactiva y digital, pero no física ni moralmente.
Sin embargo no se puede negar que en los últimos 10 años se ha avanzado, no de manera importante como menciona el plan de desarrollo, pero si progresivamente. Esto debido a que la prueba ENLACE demostró ciertos logros en las áreas de español, matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales; así también se ha participado en las pruebas PISA que son proyectos con parámetros internacionales.
Sin embargo hablamos de que visto de manera realista y analítica las pruebas nos arrojan resultados crudos y amargos, desde el punto de vista de la inversión que hace México a nivel internacional exclusivamente para el ámbito educativo y ahí los resultados no son favorables.
Por lo tanto es menester complementar las evaluaciones con herramientas y muchos más instrumentos de medición, ya que no estamos hablando de calidad en un producto inerte, estático, con fórmulas para desarrollarlo; estamos hablando de personas, seres humanos conscientes y pensantes que desarrollan distintas personalidades y cualidades, que se vuelven fortalezas o debilidades a lo largo de su carrera profesional y, sobre todo, a lo largo de su vida.
Es por esto que las evaluaciones tienen que ser bien planeadas por los mejores profesionistas maestros o docentes, no sólo por activistas y agremiados del sistema político.
No me mal entiendan, estoy totalmente a favor de la evaluación docente, pero pienso que para poder evaluar eficientemente a las personas que ejercen la noble labor de enseñar y educar a los jóvenes y niños de hoy, primero se debería hacer un filtro sobre los que están en la punta de la pirámide; no se puede empezar a depurar el sistema empezando desde abajo, las evaluaciones tiene que venir desde arriba: El secretario de Educación, el presidente de los sindicatos, las 114 direcciones que maneja la SEP, digamos al mismo presidente, etcétera.
A modo de conclusión podría decir que según la escala jerárquica del sistema educativo, debería ser la evaluación y posterior depuración de las instituciones, dejando como últimos niveles a los maestros y alumnos que son en quienes repercuten las decisiones tomadas por los sindicatos y secretarías, quienes no saben nada de la situación en las aulas (o si lo saben, no les interesa).

Dicho de otro modo: un sistema corrupto y sin competencias éticas y profesionales, con inconsistencias en cuanto a su labor para innovar, y que deja mucho que desear en la práctica, no es el indicado para evaluar y sancionar a otro nivel inferior, puesto que los vicios en el círculo de corrupción continúan repitiéndose constantemente, es por esto que siento que el seguir con las evaluaciones planteadas dentro del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INNE) que sólo se aplica a docentes en campo de trabajo y directores de escuelas, no es más que un paso lento y un camino muy largo.

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